miércoles, 19 de diciembre de 2018

EL RITMO

Podemos definir el ritmo como un orden acompasado en una sucesión de movimientos controlados y estructurado.
Para entender un poco más este concepto podemos atender a Lamour (1985), el cual realiza una clasificación del ritmo motor en función de la duración del movimiento y la acción, que pone de relieve la complejidad del fenómeno del ritmo en el movimiento y su irreductibilidad a concepciones puramente métricas, distinguiendo:

  1. Movimientos periódicos. Acciones con una sucesión regular de acentuaciones periódicas. Ej. : andar, correr... 
  2. Estructuras repetitivas. Son reproducciones idénticas del movimiento con diferencias internas cualitativas de duración e intensidad. Ej. : vals, gestos deportivos del mismo grupo. 
  3.  Estructuras no repetitivas. Son movimientos sobre tiempo constante con formas motoras que no se repiten en series idénticas pero que forman una inteligibilidad temporal basada en datos periódicos subyacentes. Ej. : patinaje artístico, danza clásica, gimnasia artística... 
  4. Infraritmos. Son movimientos con una duración muy corta en estructuras temporales sin periodicidad percibida. Ej. : Lanzamiento de disco, levantamiento de peso... 
  5. Actitudes. Son ejercicios realizados con movilidad más o menos prolongada que incluyen contracciones isométricas. Ej. : yoga. 
El trabajo sobre estas temáticas es muy importante para llegar a una percepción más sutil del ritmo de los movimientos, que se podrá aplicar luego en los diferentes lenguajes que sirvan como medio expresivo, los cuales veremos en diferentes entradas de este blog.
En el trabajo de la enseñanza del ritmo deberíamos atender a Lamour (1985) de nuevo, ya que realiza la siguiente progresión para la estructuración y percepción del tiempo:

  1. Percepción del ritmo: ofertando multitud de vivencias o experiencias rítmicas. Trabajar desde la variedad y sencillez (repertorio amplio de actividades) 
  2. Expresión del ritmo: para que el alumno produzca y cree ritmos. Creativo, espontáneo y desinhibido. 
  3. Simbolización del ritmo: saber leer y escribir ritmos. 
  4. Teorización del ritmo: conocimiento teórico de los diferentes ritmos. 
En clase trabajamos el ritmo a través de diversas actividades y canciones motrices siguiendo esta progresión, la cual nos fue muy útil a casi todos. A través de estas actividades se trabajó la percusión corporal con los diferentes elementos de expresión corporal.
Las diferentes actividades realizadas en clase nos proponían ejecutar diversos movimientos corporales inventados siguiendo diferentes ritmos a través de varias canciones. También hicimos juegos de palmadas siguiendo unos ritmos establecidos, pudiendo crear diversas canciones nosotros mismo basándonos en diferentes ritmos ya que según Delalande (1991) “hacer música es sobre todo jugar'' (p.328).
Estas actividades nos sirvieron para familiarizarnos y tener constancia de diversas actividades divertidas con las cuales poder trabajar con niños el ritmo, siendo una manera lúdica y muy motivante, ya que podemos trabajar con canciones infantiles de su entorno, las cuales conocen de antemano, teniendo una base para poder empezar a trabajar de manera más fácil tanto para los alumnos como para el docente.

El trabajo en clase con la música es muy interesante y apropiado para trabajar el ritmo, ya que ayuda a los alumnos a focalizar los aspectos rítmicos que queremos trabajar. De ahí que sea más adecuado el trabajo con diferentes canciones, siendo más apropiadas para el contexto educativo canciones de aspecto infantil, ya que muchas ya las conocen y puede ayudar a la hora de familiarizarse a los alumnos a la hora de trabajar este contenido en clase.
El ritmo es una manera de transmitir el movimiento y hacer que nuestro cuerpo domine el tiempo. Basándome en Romero (2000), podemos organizar la estructura temporal del ritmo utilizando dos conceptos:

  1. El orden: es un componente cualitativo que expresa la sucesión de acontecimientos en un periodo de tiempo determinado. Los niños tendrán que manejarse empleando las nociones temporales que corresponden al orden: sucesión (antes y después) y simultaneidad (durante). 
  2. La duración: es el componente cuantitativo que expresa el tiempo transcurrido desde el principio hasta el final de un componente. Los niños tienen que conocer las nociones temporales de la duración que son: velocidad (lento/rápido), aceleración (movimiento acelerado) y desaceleración (movimiento desacelerado). 
Para terminar decir que tanto el ritmo como otros conceptos prácticos que queramos enseñar a nuestros alumnos como futuros docente pienso que debería ser a través del juego, ya que este consigue la participación de toda la clase, incrementando los aprendizajes y conocimiento que queremos que aprendan de manera más significativa, ya que es mucho más motivante que ejercicios analíticos para trabajar. Por ello y basándonos en lo comentado antes lo más adecuado para trabajar con el ritmo son juegos musicales. De la O (2003), nos dice que la educación musical permite desarrollar mejor la personalidad de los alumnos dado sus aprendizajes están basados en la percepción de la realidad, algo fundamental fomentar la creatividad y los aspectos emocionales de los niños.


Bibliografía

Lamour, H. (1985). Pédagogie du rythme. Paris : Revue E.P.S

Delalande, F. (1991) Música y educación. Revista trimestral de pedagogía musical, nº8, pp. 309-328.

De la O, M. (2003) Didáctica de la música. Jugar con la música. Graó, 29, 7- 13.

Romero, C. (2000) Comunicación y lenguaje corporal: bases y fundamentos aplicados al ámbito educativo. Granada: Proyecto sur.

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